La 2 Noticias (con Mara Torres): 20 años contando la otra cara.

La apuesta por historias diferentes es la marca de identidad de ‘La 2 Noticias’


“Mal día para empezar”. Así arrancaba Lorenzo Milá el primer programa de La 2 Noticias hace 20 años. El 7 de noviembre de 1994 comenzaba en La 2 de Televisión Española un informativo diferente, que contaba la actualidad desde otro punto de vista. Una mirada pausada a los temas que han marcado la agenda mediática y otros que no siempre tienen hueco en el resto de informativos. Su peculiar formato y la apuesta por historias diferentes se han convertido en su seña de identidad que destaca la que es su presentadora desde el año 2006, Mara Torres. Pero, a pesar del paso del tiempo, hay cosas que no han cambiado demasiado. “La primera La 2 Noticias comienza hablando de corrupción política, y Lorenzo Milá dice: ‘Mal día para empezar’. Podríamos decir lo mismo 20 años después, solo que ahora sería algo así como: ‘Otro mal día para empezar”, recuerda la periodista.

El espacio de La 2 entra en su veintena con su esencia intacta, a pesar del paso del tiempo, y habiéndose convertido en referente de esa otra forma de contar la actualidad. “Más que referente, podríamos decir que hace 20 años noticias relacionadas con el medio ambiente, la ciencia o el desarrollo sólo aparecían en La 2 Noticias y ahora están en todos los informativos, afortunadamente”, puntualiza Torres. “Pero no es todo mérito nuestro, sino del esfuerzo de asociaciones y ONG para concienciarnos de la importancia de que estos temas estén presentes en agendas políticas e informativas”, continúa.

Pero no es el único aspecto en el que se diferencia de otros espacios dedicados a contar la actualidad. “Es un informativo sin horario fijo, sin conexiones en directo, no cuenta sucesos y no da fútbol”, explica la presentadora. “Es distinto también en el tono y en la redacción y narración de las piezas, donde nos permitimos jugar con el lenguaje y la música”, añade. Otra peculiaridad que le hace diferente es su horario, en torno a la media noche, algo que la presentadora entiende como otra cualidad el programa más que como un problema. “Está bien así, el ritmo del informativo es pausado y nocturno”, sentencia.


Detrás de este espacio se encuentra un equipo compuesto por 13 personas dedicadas a las tareas de edición, realización, redacción y producción, un grupo de personas que cada día dedica mucho tiempo a “decidir cómo contar de forma distinta lo que se ha contado ya, y cómo explicar bien las noticias que nosotros sí llevamos y no ha llevado el resto”, resume Mara Torres.

Muchos son los momentos inolvidables vividos en estos 20 años en el programa que vienen a la cabeza de Torres cuando se le pregunta por los hitos del espacio. Su primer recuerdo como espectadora es en otra redacción. “Me recuerdo en la SER con la televisión encendida con La 2 Noticias mientras preparaba Hablar por hablar. Aparecía Lorenzo Milá, que me caía bien solo con verle. Haciendo un informativo me hacía pensar y reír. Una genialidad”, rememora.

Pero si se trata de volver la vista sobre los principales hitos de la historia de este espacio, Torres destaca tanto nombres propios, como “el binomio Lorenzo Milá y Fran Llorente” o la entrevista a Andrés Calamaro con Carlos del Amor, como programas tan peculiares como el informativo falso que dirigió La Fura dels Baus. Aquel 11 de noviembre de 2011, La 2 Noticias arrancaba con la presentadora haciendo este peculiar anuncio: “Buenas noches, hoy tenemos que alterar nuestro plan de los viernes para informar de la decisión inesperada y sin precedentes que han tomado los bancos. Las principales entidades financieras del mundo han anunciado que van a poner todos sus beneficios, de los diez últimos años, en manos de los gobiernos”. Todo ficticio, pero reflejo de ese otro mundo posible que, quién sabe, algún día puede que cuente La 2 Noticias.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/11/14/television/1415998770_568306.html

Mara Torres: ‘‘La 2 Noticias’ mantiene una mirada crítica y poco complaciente con el poder’

La 2 Noticias’ celebraba en la jornada de ayer su 20 aniversario. Dos décadas en la pequeña pantalla resumidas en una edición especial en la que participaron algunos de los rostros y responsables que han pasado por el programa como Fran Llorente, Lorenzo Milá o Fernando Navarrete. Además, el programa presentado actualmente por Mara Torres hizo un repaso a las mejores imágenes de un formato innovador en el género informativo que se ha mantenido fiel a su estilo a lo largo de estos 20 años. Mara Torres repasa brevemente con prnoticias la esencia de ‘La 2 Noticias’.

maratorres
¿Cuál es tu primer recuerdo cómo espectadora de ‘La 2 Noticias’?
En la redacción de la radio con la tele encendida en La 2 mientras preparaba ‘Hablar por hablar’. Y un tipo llamado Lorenzo Milá contando las cosas con una naturalidad insólita para un informativo y que siempre acababa con la frase: ‘Mañana habrá otras noticias, algunas… buenas’.


¿Qué tiene de especial ‘La 2 Noticias’ para ser un referente informativo diferente a los programas de esta índole?
Creo que la clave está en explicar el porqué de la noticia. Las cosas no pasan por nada, detrás de cada acontecimiento hay una causa. Nosotros intentamos acercar la causa a la noticia para que el espectador pueda sacar una conclusión  o por lo menos tenga la posibilidad de hacerse preguntas.


Un informativo tan relevante en la medianoche, ¿es el horario más adecuado?
Creo que sí tienen sentido las horas tardías. Hacemos un informativo que reflexiona sobre lo que pasa en el mundo, y eso tiene sentido cuando el espectador ya conoce las noticias. 


¿Tendría éxito/cabida ‘La 2 Noticias’ como espacio de una de las principales cadenas a las 21:00 horas?
Cada miembro del equipo puede formar parte de cualquier otro formato informativo, de hecho, a lo largo de estas dos décadas muchos lo han hecho. Pero ‘La 2 noticias’, tal y como está concebida ahora, está dirigida al espectador  nocturno.


¿Cómo crees que ha ido evolucionando el programa a través de los años?
Han cambiado los presentadores, los editores, redactores, realizadores..., pero mantenemos una mirada crítica y poco complaciente con el poder, valoramos las iniciativas que protegen el planeta en el que vivimos, y denunciamos la vulneración de los derechos humanos. El silencio es un arma muy poderosa, pero el periodismo una herramienta muy potente para combatirlo.

Varios años alejada de la radio, ¿la echas de menos?
La escucho habitualmente, creo que sigue siendo un medio muy vivo. 


¿Cómo te imaginas ‘La 2 Noticias’ dentro de 20 años?
Un informativo cuarentañero de lo más atractivo.

(Fuente: PR Noticias)

Cuando los libros salvan vidas

Son las 12 de la mañana y el tiempo corre en Torrespaña, las prisas y el estrés son casi palpables hasta que llega Mara Torres. El presente inmediato, con sus crudas noticias parece quedarse congelado para transformarse en una conversación sobre literatura, viajes y periodismo. Por un momento la periodista deja a un lado la actualidad y la Mara escritora comienza a hablar. Su novela La vida imaginaria, que fue finalista del Premio Planeta 2012, cuenta lo que pasa por la cabeza de la protagonista, Nata, cuando Beto la deja.


Mara Torres en un momento de la entrevista / Foto de Eva Torres

¿Cuánto hay de literatura en el periodismo y cuanto de periodismo en la literatura?

Para mí son dos mundos completamente diferenciados. Lo que pasa es que el periodismo tiene tantos matices porque la realidad es muchas veces tan ficticia que supera lo que uno pueda imaginar, pero son dos mundos que están no solo completamente diferenciados, sino que son contrapuestos: la escritura es ficción y el periodismo es realidad. Cuando escribí La vida imaginiaria sí que viví muy bien esa dualidad, porque cuando estaba escribiendo el libro por las mañanas, para mí era una escapada de la realidad pura y dura con la que me enfrentaba por la tarde.

¿Coinciden mejor literatura y los viajes?

Pues sí. Cuando tú viajas a un país tienes muchas posibilidades. Una de ella es que te empapes con la literatura del país, eso te va a dar siempre una visión mucho más global. Cuando yo estuve en México, por ejemplo, llevaba novelas de Carlos Fuentes. No significaba que yo estuviera  disfrutando más de México por que tuviera una novela de Carlos Fuentes, pero desde luego entendía lo que estaba pasando alrededor porque tenía al lado un manual sobre la vida mexicana: eso puede ayudar. Pero diría que mejor que con la literatura, los viajes casan con el periodismo. Siendo periodista viajas todo el tiempo, porque todo el tiempo que estas hablando de informaciones que se producen aquí, en Washington, París o Sudán del sur. El periodismo es una forma de viajar.

¿Puedes recomendar un libro para llevarse a un viaje?

Depende del viaje que hagas, si vas a conocer una cultura nueva, llévate un libro para leer en el avión, porque no te va a dar tiempo a leer durante el tiempo que estás disfrutando de un lugar nuevo. Tienes que mojarte de las experiencias, de la gente, de la comida, de la noche, del día. Otra cosa es que vayas a hacer un viaje para relajarte o vayas a estar un montón de horas tumbado en una hamaca. Te dedicaría La delicadeza, o mismo La vida imaginaria, que se lee rápido y te lo fundes en un trayecto en un tren. También los libros de cómics son buenos para los viajes. Aunque lo que siempre recomiendo es que todo lo que tengas, lo vayas apuntando en una libreta donde tú vayas recogiendo todas tus ideas. O sea, que leas y escribas, que si escribes lo que aprendes, luego sacas una lectura mucho más completa.

¿Crees en la literatura como herramienta terapéutica?

Sí, por supuesto. Hay libros que literalmente me han salvado la vida como lectora. Me acuerdo de un libro de Ángel González, Palabra sobre palabra, que fue un cobijo extraordinario en un momento determinado, yo tenía 20 años o 25, me acuerdo cuando lo leí por primera vez. La poesía la he releído muchísimo y cada vez que lees un poema, descubres algo nuevo. Pero sí hay libros que salvan la vida, igual que hay libros que me ponen tan nerviosa que los tengo que esconder porque cuentan cosas que me están removiendo por dentro. Y de hecho, no es la primera vez que cierro un libro y digo: “Va, ya seguiré en otro momento”. No solo me pasa a mí, sino que también le pasa a muchos lectores. La literatura tiene un poder sobre el ser humano extraordinario, conecta con su parte más íntima y con los temas universales que nos han preocupado desde el principio de nuestra existencia: el amor, el paso del tiempo, la conexión con los otros o la relación con el escenario político con el que uno vive.

¿Lo has experimentado con tu primer libro La vida imaginaria?

Con La vida imaginaria viví una experiencia alucinante. He estado un año haciendo gira con el libro, terminé en septiembre y mi última parada fue Zaragoza. Allí tuve un encuentro con lectores, y la última que levantó la mano fue una chica con gafitas que estaba sentada entre el público. Recuerdo que levantó la mano de una forma muy tímida. Me contó que le habían recomendado el libro cuando estaba recién publicado, y ella se acababa de separar. Temía un poco leerlo porque sabía que habla del desamor, algo que le estaba pasando en ese momento: no sabía si estaba muy preparada, pero al final se hizo con él. Y no solo lo leyó una vez, sino que lo releyó, lo subrayó y acabó teniendo una relación tan intensa con ese libro, que al final decidió abandonarlo en un banco del parque. Pero como el libro estaba subrayado y machacado, se escondió durante la tarde a ver si alguien lo cogía. Ella veía que lo ojeaban y lo volvían a dejar en su sitio porque veían que tenía dueña. Al final se marchó, y cuando al día siguiente volvió, el libro ya no estaba. Ella me preguntó: “¿Por qué llamaste al protagonista de tu libro Alberto, que era el nombre de mi novio?”. Entonces yo le dije: “Pues porque estaba pensando en ti”.

Me pareció una historia fantástica para terminar una gira literaria. Tuve la sensación de que se cerraba una especie de ciclo, que me había tirado viajando por toda España con un libro que hablaba sobre el desamor y el viaje terminaba con una historia que engrandecía el libro.

¿Cómo fue el proceso de creación de La vida imaginaria?

Primero fue muy largo. Yo empecé La vida imaginaria cinco años antes de presentarla al Premio Planeta, sin que se me hubiera pasado por la cabeza que pudiera presentarla. Empecé a escribirla y la novela se llamaba Los domingos de mierda porque arrancó un domingo. Era el reflejo de lo que pasaba los domingos después de comer: no sabes qué hacer, tienes mil planes pero al final no haces nada, estás cansada y ya tienes que madrugar el lunes… te sientes un poco sola. Ahí nace el personaje principal y Fortunata Fortuna, para hacerme compañía los domingos por la tarde. O sea, yo la cree para hacerme compañía, pero desde el domingo supe que era un personaje bastante potente y cada vez que los amigos leían parte de lo que estaba escribiendo, me hablaban de Fortunata como si fuera un personaje con identidad propia. Ahí supe que había un germen interesante. Luego dejé abandonada la novela, lo poco que había escrito -noventa folios-, y lo retomé años después con la intención de escribir ya desde la ficción. No tenía nada que ver con escribir para que me hagan compañía. Al principio había mucho de mí, pero luego ya no. Desprendí al personaje de mí: cuando empecé a crear la voz de Fortunata Fortuna, el entorno en el que vivía, los amigos con los que se relacionaba y su mundo en general, ya nada tenía que ver con el mío en ese momento.

¿Y no te costó dar el primer paso de enseñárselo a tu círculo más cercano?

En realidad, mi círculo más cercano lo leyó casi desde el principio. Mis primera cuarenta páginas chapuceras ya las habían leído, en realidad ellos fueron leyendo según yo iba escribiendo. De hecho, yo les hice pasar auténticos suplicios, les sentaba en casa y antes de tomar algo les decía: “Oye, os voy a leer algo de Fortunata”. Entones les hacía leer un capítulo desordenado, a veces ese capítulo no iba correlativo, y la verdad es que nos divertíamos muchísimo.

¿Qué te llevo a estudiar Literatura Comparada?

Estudié periodismo, hice la carrera, el doctorado en el departamento de Lengua y Literatura y luego me matriculé en el segundo ciclo de Literatura Comprada, que eran dos años, aunque yo solo hice uno. Lo hice compaginándolo ya con mi trabajo, y me costaba mucho. Literatura Comparada era una carrera muy exigente. Estudié retórica y poesía y la verdad es que me tiré todas las navidades estudiando y haciendo trabajos. Al final decidí que ya era suficiente. Pero quería entender lo que leía. Todo lo que te ayude a entender lo que lees es una ventaja para el lector.

¿Cuál fue la asignatura con la que más disfrutaste?

De toda la vida más que Literatura, Lengua. El trabajo en lenguaje, la sintaxis, eso me apasionaba. Me ha gustado desde que era pequeña. Y luego ya en la facultad, cuando di Lengua y Literatura. En literatura me gusta la poesía de los años 50 a la actualidad y la literatura costumbrista. Me gusta mucho Almudena Grandes, me parece que es la mejor escritora en lengua española, me recuerda mucho a la escritura decimonónica de Galdós.

¿Cuál es tu escritor favorito de todos los tiempos?

Estas preguntas son tan difíciles como: ¿Cuál es tu canción favorita? Cada cosa depende del momento en el que la descubres, cada actividad relacionada con el arte: la música, la pintura, la poesía , la novela tiene que ver con el momento vital en el que tú estás haciendo ese descubrimiento. En cada momento de mi vida me fascinó una novela. Durante mucho tiempo me quedé muy prendada de una de la que hablo mucho, Bella del señor, de un escritor francés llamado Albert Cohen. Pero también me he quedado colgada de Delibes, del poeta Ángel González, del poeta Luís García Montero, de Lorca.

¿Volverás a escribir un libro?

Sí, he estado un año sin poder escribir nada porque la gira de La vida imaginaria fue muy potente y luego viajaba cada vez que tenía tiempo libre, no pude escribir. Luego empecé Torres y Reyes, un programa sobre la cultura y el mundo digital con Joaquín Reyes en RTVE, de modo que tampoco podía. Ahora vuelvo a retomar mi vida con la disciplina que ha tenido siempre. Trabajo de cuatro a una de la mañana, y ahora por las mañanas estoy retomando el orden para escribir. Estoy publicando en la revista Elle una vez al mes un artículo de ficción. Una vez que escribo el artículo, empiezo a buscar hueco para ir diseñando la estructura de la nueva novela .

¿Y nos puede adelantar de qué tratará?

Tiene que ver con la dualidad, pero solo podré avanzar eso. “Imagínate” es el concepto del ser humano, lo que uno es y lo que desea ser, y lo que uno es y cree que es. Un concepto que a mí me acompaña desde hace mucho tiempo.

Por último y ya que con el paso de escribir una novela te has conectado aún más directamente con el mundo de la cultura, ¿cómo ves la cultura en España?

Está herida, y además la política cultural del gobierno está haciendo que se esté desangrado. La subida del 21 % del IVA fue brutal, ha hecho muchísimo daño a un país que necesita la cultura como la necesitamos todos, y el gobierno tiene que acercarla a la gente. Porque ir al cine, ir a un concierto, ir a un teatro, ver una exposición, es algo que te hace crecer como ser humano a todos los niveles. No lo puedes convertir en algo prohibitivo, sino en algo accesible porque va a ser beneficioso, porque despierta inquietudes, porque te hace conocer el mundo que te rodea, porque alimenta el espíritu cultural. No sé por qué, yo creo que una persona cultivada es una persona a la que cuesta más convencer, y entonces eleva su nivel de exigencia. La política se tiene que plantear que gobierna para gente exigente, no para gente que no piensa.

¿Crees en el mecenazgo como futura solución?

Lo que creo es que tiene que haber apoyo del gobierno a los creadores y que facilite el acceso a los ciudadanos. La fórmula mágica es aquélla en la que los creadores puedan crear y sientan el apoyo por parte de sus gobernantes, y que los ciudadanos podamos disfrutar de de ese arte y sintamos el apoyo de nuestro gobierno: o sea, que nos lo facilite, no que nos lo entorpezca. El ejemplo de las entradas de cine a 3 euros fue sorprendente, pero claro, ¡quién podía pensar que eso no podía funcionar, quien podía pensar que las largas colas que se formaron para ir al cine serían una sorpresa! Lo sorprendente es que con el precio de una entrada normal, vaya una familia entera. La gente no está dispuesta muchas veces a hacer ese esfuerzo con la crisis que tenemos encima. Lo que sé es que la gente está deseando ir al cine, y si tú pones unos precios asequibles, la gente va; si tú haces entradas gratuitas, la gente va. La exposición en el Reina Sofía, por ejemplo, ha arrasado, ha sido la que más éxito ha tenido.

Fuente: http://littlebitmag.es/littlebit-magazine-17

Un Día de Marzo (Relato de Mara Torres).


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Entró en la panadería con prisa. A Matilde se le había echado la mañana encima, los niños estaban a punto de salir del colegio y, antes de recogerles, tenía que subir a empanar los sanjacobos y organizar la merienda para las extraesccolares. Le pidió a Rosaura dos barras y un rosco, metió el pan en el carro de la compra y se marchó pitando. Cuando la vio salir por la puerta, Rosaura pensó que qué mujer, que no sabía cómo lo hacía. Después de cuidar a sus cuatro hijos tirando de un negocio familiar que le había dado unas cuantas alegrías y muchos disgustos, ahora a Matilde le tocaba criar a los nietos. Rosaura suspiró, miró el reloj de pared y, viendo que era la hora de cerrar, colgó el delantar, recogió su bolso y enfiló la calle de la parada del autobús.

En el trayecto se cruzó con Beatriz, que vivía en el portal de al lado de la panadería y regresaba de la facultad. Se saludaron con un gesto y mientras sacaba las llaves de casa, Beatríz pensó en Rosaura. Con la familia al otro lado del charco, se levantaba cada día a las tres de la mañana para encender el horno de la panadería y enviar a fin de mes el dinero del sueldo a los suyos. Y ni el contrato eventual ni la habitación en el piso compartido ni los ocho meses que llevaba sin ver a sus hijos le habían borrado la sonrisa. "No sé cómo lo hace", suspiró Beatriz.

Al entrar en el rellano del portal se encontró con Valeria, que salía del ascensor con el abrigo y la maleta. Beatríz le preguntó por curiosidad dónde viajaba esta semana y Valería respondió que esta vez tenía suerte, que sólo eran tres días en Bruselas, en un encuentro que había organizado la Fundación de su compañía. Beatriz le deseó un buen viaje y Valería cogió un taxi para que la llevara al aeropuerto.

Durante el vuelo Valería pensó en Beatríz. Tras un divorcio complicado, había decidido volver a matricularse en la facultad y por las tardes cosía en casa para una modista que diseñaba vestidos de novia. Los fines de semana cuidaba de su padre, que había enviudado hacía dos años y empezaba a tener problemas de memoria. "Qué mujer... -se dijo Valería apoyando la cabeza en la ventanilla-. No sé cómo lo hace".

Llegó directamente del aeropuerto al centro del convenio, saludó a los periodistas acreditados y repasó la extensa lista de ponentes que iban a participar durante la jornada. Había investigadoras, ingenieras, políticas, líderes tribales, agricultoras, escritoras y defensoras de los Derechos Humanos, pero, de entre todas ellas, a Valería le había llamado la atención el caso de Emilienne Bindzi, que se había convertido en la primera mujer mecánica de coches de su país, Camerún. Cuando llegó la hora de su ponencia, Valeria la vio subir al escenario y las cámaras que retransmitían el encuentro empezaron a grabar.

Matilde terminó de dar de comer a los chicos, recogió la cocina y se sentó un rato en el sofá para relajarse un poco antes de acostarse. Encendió la televisión y, mientras esperaba a que comenzara la serie que la tenía enganchada desde hacía tres semanas, atendió a las noticias del informativo que llevaba un amplio despliegue por el Día Internacional de la Mujer. Escuchó hablar a Emilienne. La miró atentamente. Negra, africana y mecánica de coches. Matilde suspiró, se echó la manta de cuadros sobre los pies y pensó que qué mujer, que, la verdad, no sabía cómo lo hacía.

Fuente: Revista Elle (marzo de 2014).