“El misterio de la vida es el amor... y el reto, entenderlo”
Mara Torres / Foto de Eva Torres
Es soñadora, inquieta, devoradora de libros y poemas. Un domingo se inventó a Fortunata Fortuna y escribió ‘La vida imaginaria’, novela con la que es finalista del Premio Planeta 2012
¿Tener una vida imaginaria es necesario?
Completa la vida real. La vida imaginaria es lo que te pasa por la cabeza mientras la vida real pasa.
Quizás la de todos ha incrementado ante esta época de desencanto generalizado...
La crisis nos está quitando muchas cosas, pero no la capacidad de soñar. Soñar es el primer paso para empezar a cambiar las cosas, y entiendo que mucha gente se levanta solo imaginando que ese día pueden cambiar.
¿Cuándo nació en su mente Fortunata Fortuna, la protagonista de ‘La vida imaginaria’?
Me la inventé en el invierno del 2007 al 2008 porque me sentía sola y necesitaba compañía. Creé a Fortunata Fortuna y escribí 30 páginas, las llamé ‘Los domingos de mierda’. Luego las guardé en un cajón. Hasta que... Había dejado esos folios a mis amigos y me dijeron que tenía que acabar la novela. La retomé cuando estuve tranquila y mi vida cambió.
¿Ahora le gustan los domingos?
Sí, creo que tienen su punto. No le gustan a Fortunata Fortuna.
¿Mara y ‘Nata’ no se parecen?
Yo necesito separarme del personaje. La novela hace una crítica a la falta de compromiso, a la dificultad que tiene Fortunata Fortuna de crecer, de entenderse ella y entender el mundo que le rodea. Y esa no soy yo, pero ella tiene mucho mejor humor, yo soy más dramática y atormentada. Me parezco mucho en la vida imaginaria.
¿El desamor inspira más que el amor a la hora de escribir?
Me da la sensación de que el gran misterio de la vida es el amor y el reto es entenderlo, de modo que si nos ayudamos con novelas, canciones o poemas es probable que nos acerquemos a descifrarlo.
En su libro habla de empezar de cero. ¿Cuál es su receta?
En el olvido no hay medicinas que hagan efectos inmediatos. Uno olvida cuando puede, no cuando quiere. El tiempo suele funcionar.
¿La literatura le ha dado alas?
Sí, como lectora. La literatura me ha permitido vivir otras vidas y desconectar de la realidad. A veces digo que a mí algunos libros de poemas me salvaron la vida, metafóricamente hablando.
Recuerdo su etapa en ‘Hablar por hablar’. ¿Qué tiene la noche que uno se atreve a confesarse?
La noche tiene la oscuridad y la soledad. Tiene un tiempo que va mucho más lento que ndurante el día para soñar antes de soñar, para imaginar antes de soñar, para pensar antes de dormir. La noche tiene una complicidad difícil de igualar.
¿Qué aprendió?
A escuchar la intimidad más cotidiana, el universo más pequeño del ser humano.
En Internet se ha creado el muro de las lamentaciones de los periodistas. ¿Cuál sería su mensaje?
Yo diría que el periodismo es un superviviente nato, porque el periodismo es necesario para un mundo mejor. El periodista te cuenta lo que pasa, por tanto te hace entender mejor el mundo y, sobre todo, denuncia las injusticias. La profesión está muy ‘tocada’... Está viviendo una doble crisis, la económica y la propia del periodismo.Con la revolución de Internet tiene que encontrar un papel nuevo, pero se recuperará.
¿Es optimista?
Sí. Una sociedad sin periodistas no es una sociedad libre.
Antes hablábamos de los domingos, un día muy de deportes. ¿Le gusta el fútbol a Mara Torres?
En mi vida habré visto tres partidos de fútbol, a veces me da un poco de vergüenza reconocerlo, y más en una sociedad en la que el fútbol ha dado tantos alegrías. No me siento de ningún equipo, pero lo curioso es la compañía que me ha hecho siempre carrusel deportivo. No me enteraba de lo que decían, pero me hacía sonreír.
El otro día se le acercó un árbitro de Primera División...
Sí, me llamó la atención. Me dijo que se había sentido muy identificado con el personaje de Fortunata Fortuna. En el libro hay una escena relacionada con el fútbol, la de la
camiseta roja de la selección, que es una metáfora del compromiso.
¿Prefiere la Fórmula 1?
Sí, porque es un deporte en el que todo puede pasar. Los Mundiales son largos, me gusta la afición que hay y creo que en el fondo la ingeniería es aplicable luego a nuestra
vida cotidiana. Y, además, me parece que Alonso sabe volar.
Usted voló la noche de los premios Planeta. ¿Fue su momento más feliz?
Esa noche fue el cúmulo de todas esas cosas que a mí me producen felicidad, como fue poder agradecer a mi familia, a mis amigos y a quien me acompañó esos años en los que escribí la novela. La vida imaginaria y la real se fundieron.
Fuente Diario SPORT (9/12/2012)