Fuente: entrevista realizada por Antón Castro para Heraldo.es: https://amp.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/12/26/mara-torres-faro-damos-mismo-tiempo-las-entrevistas-los-oyentes-1284610-1361024.html
La presentadora y escritora ocupa las madrugadas de la Cadena SER, de 1.30 a 4.00, con un programa lleno de historias, de magia, de intimidad y de pasión por la radio.
La presentadora y escritora ocupa las madrugadas de la Cadena SER, de 1.30 a 4.00, con un programa lleno de historias, de magia, de intimidad y de pasión por la radio.
¿Cómo se pueden resumir doce años en el ‘Telediario’ de La 2?
Se resumen en compromiso, rigor, imaginación, ganas de innovar y un equipo fabuloso.
¿Qué le da a uno la tele y qué le quita?
televisión te permite jugar con todas las herramientas del audiovisual. Entre otras cosas, la televisión, por una parte, me enseñó a montar las noticias con todos los elementos posibles en ‘La 2 noticias’ y, por otra, a manejar el directo en un plató, sobre todo cuando hice ‘Torres y Reyes’, que era un programa a lo grande con público, actuaciones, entrevistas, debates y humor. No me planteo si me ha quitado algo, no creo.
¿Cómo se le ocurrió ‘El faro’ para las madrugadas de la SER?
Cuando me llamó Daniel Gavela yo ya sabía que iba a dejar ‘La 2 noticias’, y le dije: «Podría estudiar la posibilidad de volver, pero solo con una condición: que regrese a la noche. Solo quiero la noche». Pensé que la radio nocturna era un terreno por redescubrir y eso sí me apetecía. Quería hacer un programa en el que el mundo intelectual y el cotidiano compartieran un espacio común, en el que se pudiera aprender, aliviar la curiosidad y tener la oportunidad de aportar ideas e experiencias.
¿A qué alude ‘El faro’, qué rincón de felicidad, de nieblas o de espantos querría alumbrar?
El faro es una luz entre el mar y la tierra, entre lo líquido y lo sólido, la certeza y la incertidumbre. Me parece un título necesario para un programa de radio nocturna, y más con ese afán de convertir ‘El faro’ en un punto de encuentro entre los que saben de una materia por su experiencia profesional y quienes pueden aportar cosas extraordinarias que nos da el mero hecho de vivir.
¿Algún ejemplo?
Si el asunto va de la cama, un historiador nos contará cuándo el hombre pasó de dormir en el suelo a dormir en la cama; un filósofo disertará sobre obras de la filosofía escritas en la cama; un cinéfilo abordará las mejores escenas de cama y luego la gente aportará su experiencia en la cama: el lugar en el que sueñan, se relajan, tienen pesadillas, discuten con su pareja o hacen el amor con ella.
El faro también es el mar. ¿Cuál es su importancia en la emisión?
Todo el mundo tiene una relación con el mar y casi todas las tenemos contradictoria, nos atrae, nos relaja, nos calma, pero también nos asusta por su fuerza. Tanto el faro como el mar son dos conceptos enormemente poéticos.
¿Cuál es la magia de la radio en la noche?
Me parece que la radio durante el día se oye mientras haces otras cosas y de noche la escuchas. Cientos de miles de personas nos acostamos tarde porque nos gusta más la calma de la madrugada para escribir o componer o dibujar, pero además hay cientos de miles de personas que trabajamos de noche: médicos, enfermeros, farmacéuticos, bomberos, policías, guardia civil, periodistas, gente en fábricas, en hoteles, en peajes, en obras, en los servicios de limpieza, en las panaderías, en la hostelería… Gente que, como yo cuando estaba en La 2 Noticias, regresa a casa más allá de las dos de la madrugada. A ellos va dedicado ‘El faro’.
¿Es muy exigente tener un tema central cada día? ¿Cuáles son los asuntos que mejor funcionan?
Es muy, muy exigente. Ese es el verdadero reto que afronta el programa, que seamos capaces de sacar un tema distinto cada día que atraiga a los oyentes y siga motivando al equipo. Todos funcionan bien porque forman parte de nuestra cotidianidad: la mesa, los bares, la nariz, el silencio, el baile, el color, los recuerdos, la inteligencia, los vecinos, el deseo, el árbol… Llevamos 45 temas y nos quedan otros 100 hasta final de temporada.
¿Qué es un ‘gatopardo’ y quién podría serlo para ir a ‘El faro’? ¿Qué desea saber de los ‘gatopardos’?
Cualquiera que tenga una buena conversación puede ser un excelente ‘gatopardo’.
¿Cómo es esa tribu nueva de fareros desvelados?
Me tienen del todo fascinada porque yo siempre he creído en los oyentes, a los que descubrí hace muchos años. Los fareros y fareras son todos aquellos amantes de la radio que tienen ganas de formar parte de un programa que cuenta con ellos desde la base, y considera que lo que pueden aportar es tan importante como lo que aportan los expertos; es más, ‘El faro’ es el único programa que da el mismo tiempo a la aportación de los entrevistados y a la de los oyentes, que han demostrado ser inteligentes, lúcidos, divertidos, ocurrentes, sensibles y muy ingeniosos. Me tienen enamorada.
¿Cuál es el embrujo de la voz?
Lo interesante es lo que se dice y cómo se dicen las cosas, lo demás viene solo.
¿Qué está pasando en su vida, cómo se siente? Se le ve feliz…
Estoy feliz por la respuesta que han dado los oyentes. Me emociona cuando los compañeros me dicen en la radio: «¿De qué va ‘El faro’ hoy?». Me imagino que hay un montón de personas haciéndose esa misma pregunta y pensando qué pueden aportar en el programa. Y van y lo cuentan.
¿Para qué sirven las canciones de noche, qué le dan a ‘El faro’?
Las canciones son como el sonido de las olas, ¿no? A veces delicadas, a veces abruptas, pero siempre nos transmiten algo.